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Virginia Berasategui, leyenda del triatlón español: "Sigo disfrutando del deporte en destinos como Lanzarote"

La ex triatleta pasó unos días de descanso en la isla junto a su familia 

  • Gradacero.es
  • Imagen: Lanzarote Photo Sport
  • Oro en el Campeonato Mundial de Triatlón de Larga Distancia celebrado en Ibiza (2003), en el Campeonato Europeo de Larga Distancia de Praga (2009) y en el de también Europeo de Vitoria (2010). Segundo puesto en el Europeo de Triatlón de Vuokatti (Finlandia, 1997) y tercera clasificada en el Campeonato Mundial de Ironman de Hawaii. Ésta es solo una parte de los grandes logros conseguidos por Virginia Berasategi, ex triatleta nacida en Bilbao en 1975 que logró ser una de las deportistas más laureadas de nuestro país y que también se ha decantado por hospedarse en el Sands Beach de Costa Teguise, donde ha coincidido con otros deportistas de élite como Iván Raña, Xavi Llobet o Ruth Brito.

    Lanzarote no es una isla desconocida para ella, a pesar de que Berasategi aproveche para contar a los micrófonos de GradaCero que ahora vive el deporte desde otra perspectiva totalmente diferente y que está redescubriendo cada rincón lanzaroteño gracias a estar ahora alejada de ese alto ritmo de vida que llevaba siendo profesional.

    Fue en 2004 cuando la bilbaína conseguiría alzarse con el Ironman de Lanzarote, cogiendo el relevo de Maribel Blanco, quien fuera la primera española en ganar dicha prueba logrando además dos oros de forma consecutiva (2002 y 2003), algo que también lograría Berasategi cruzando de nuevo la meta en primer lugar en la edición de 2005.

    Eran años en los que los méritos de la bilbaína eran reconocidos a nivel internacional y que conseguiría alargar incluso una década más, por lo que su presencia en la isla daba más categoría si cabe a la prueba, además de ser acogida con los brazos abiertos por toda la isla, motivo por el cual la deportista sigue teniendo a los conejeros en mente, lo que le ha llevado a repetir Lanzarote como destino.

    “Hace tres años, también en invierno, con mi marido que no conocía Canarias, estábamos planeando una escapada evitando el tiempo que hay en el País Vasco y, como pasó conmigo, Lanzarote le encantó” nos comenta Virginia, “vinimos con las bicis y todo, pero para hacer deporte más amateur, parando por alguna cafetería, también por alguna bodega… haciendo lo que son rutas completas”, aclara mientras ríe la extriatleta.

    La climatología, los paisajes y la gente es lo que le ha hecho volver una vez más, sobre todo teniendo en cuenta que viajando hasta Lanzarote pueden conciliar esa necesidad de realizar un viaje cultural, de sol y playa y también de turismo deportivo. “Vimos que estaba mejorando la situación de la pandemia y quisimos escaparnos de nuevo con nuestro hijo, llevábamos ya tres años sin salir de Bilbao y el destino tenía que ser Lanzarote. Entonces me aconsejaron el Sands Beach que, a parte de las instalaciones, las opciones deportivas y demás, nos dijeron que también es muy familiar, que está súper bien para los niños, y ha sido perfecto. Nos han tratado súper bien, así que nos van a obligar a repetir alguna vez más. Estamos encantados” afirma con rotundidad Berasategi al mismo tiempo que admite que “ya estamos pensando para el año que viene hacer aquí la Noche Vieja, traer a nuestra familia y vivirlo de una forma diferente”.

    Una reseña más que positiva si tenemos en cuenta que se trata de una ex deportista internacional que ha viajado alrededor del mundo durante más de 20 años de profesión. Recordemos que, entre otros múltiples éxitos, Berasategi es a día de hoy la única mujer española en haber logrado subir al pódium en el Ironman de Hawaii (bronce en 2009; además de estar tres veces más en el top 10: 6ª en 2008, 4ª en 2010 y 10ª en 2011).

    La prueba norteamericana es una de las más aclamadas por los triatletas, así lo reconoce la propia Virginia quien lo describe como algo muy especial, “hay algo allí que no sabes lo que es. Por lo que significa, siendo el lugar donde se reúnen todos los campeones”. La extriatleta reconoce que nunca ha seguido mucho el deporte como aficionada, aunque fue desde que era pequeña cuando le dio esa aura mágica a dicha competición. Cogería más fuerza cuando tenía 12 años, en la época en la que su padre, Javier Berasategi, conseguiría junto a Alfredo Olabegoia y Tito Pérez convertirse en los primeros españoles en participar en la prueba hawaiana en 1988 “desde entonces ya quería ir a Hawaii. Es como estar en una nube”, nos describe la bilbaína.

    A pesar de lo trascendental en una prueba de triatlón ya histórica, si le dan a elegir Berasategi se queda con el Ironman de Lanzarote, “como prueba en sí la de Hawaii no es la que más me gusta. Más bien es todo lo que significa, todo lo que le rodea. En cambio, dicen que el Ironman de Lanzarote es el más duro, pues a mí el de aquí me ‘chifla’, porque se amolda más a mi perfil de triatleta: mucha subida de montaña, solo una vuelta en la que no se repite el recorrido. Dentro de lo que la dureza de una prueba así tiene, yo diría que el de Lanzarote es mi Ironman favorito” reconoce Berasategi con tranquilidad ahora que el triatlón ha dejado ser primordial en su vida aunque siga muy ligada al deporte.

    La quien fuera también tres veces campeona de España (1995, 1996 y 2009) ahora se centra en su familia y su nuevo trabajo como empresaria. Nos admite que tenía claro desde el principio que, una vez lo dejara, no iba a seguir vinculada totalmente vinculada al triatlón, “me encanta practicar algo de deporte, entrenar, pero ahora mismo estoy muy desconectada del mundo del triatlón. Estoy por otra labor. Mi marido y yo hemos montado una empresa de turismo premium en carretera en el País Vasco, mezclado con gastronomía y cultura, donde facilitamos a los clientes las bicicletas, hacemos de guía, los llevo también por las carreteras donde he entrenado siempre, también ponemos fisioterapeutas, visitas a museos, a restaurantes...”.

    Nos cuenta también que lo que más echa de menos son las sensaciones que se viven durante la competición “está muy bien ganar, pero durante la carrera es como si te olvidaras de todo, una especie de meditación en la que no piensas en nada más que en la competición, ni en el pasado, ni en el futuro. Es una sensación totalmente diferente. No hay nada comparable a lo que puedes sentir con otra cosa”.

    Ahora se conforma viviendo el deporte de otro modo, “yo siempre he entrenado sola, pero ahora lo hago con amigos. Lo disfruto mucho, es de una forma diferente, con paradas obligatoria con tortilla y café, ir tranquilos, hablando, disfrutando del paisaje… Ahora paso y me cruzo con ríos que no había visto antes, como: ‘¿pero y este río estaba aquí cuando yo venía a entrenar?’; así que estoy disfrutando mucho de lo que ya conocía, pero de otra manera”, señala una Virginia Berasategi que no ha olvidado del todo el triatlón, pero que admite estar mucho más volcada en disfrutar del deporte en destinos como Lanzarote.

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