Patxi, que gane el mejor
Artículo de opinión firmado por Marcos Bergaz
En la vida hay cosas trascendentales y otras que ayudan a ser felices. Entre las segundas, la amistad, unas cañas o el fútbol, y sino que se lo pregunten a los aficionados de la Real Sociedad y el Athletic Club de Bilbao, generando endorfinas sólo de pensar en la gran final de copa que deben disputar.
Tras más de cien ediciones del torneo del K.O., como coloquialmente se conoce a la “Copadesumajestadelrey”- ya lo dije -, el título se decidirá en un derbi vasco.
Un partido histórico para dos equipos con solera. Uno, con 24 trofeos y desde 1984 sin tocar metal, demasiado tiempo para un Athletic rey de copas hasta hace poco; otro, con dos entorchados en sus vitrinas, el último en 1987, cuando se oía por el viejo Atocha “no pasa nada tenemos a Arconada”, pues han pasado treinta y tres años.
Histórico sí, por infrecuente un euskal derbia en la finalísima, emulando por fin, el más habitual derbi madrileño en las finales coperas. Y esperado, ante la posibilidad de asistir a un nuevo paseo de la “Gabarra” por la ría de Bilbao, guardada desde el doblete del 84; o ver a los realistas paseando el trofeo por la Parte Vieja de Donostia con su tradicional “txuri urdin txuri urdin maitea”.
Tanto apetece vivirlo, que lo volvería a aplazar hasta que las hinchadas puedan acompañar a sus equipos. Pues leones y donostiarras, por una copa, no se ven todos los días, al margen de los txakolis que puedan compartir en los derbis ligueros estas dos aficiones amigas.
Únicas más bien desde Santurce a Bilbao, de Anoeta al nuevo San Mamés, desde La Concha al Jablillo, que ni Teguise permanecerá ajeno al evento, con los Mikel, Amadas, Iñakis y Lauras que forman parte de nuestro municipio, para fortuna de todos.
Lo saben bien en la Txapela, en Costa, donde luce la zamarra rojiblanca que tan bien sienta a Munían, William o Raúl García, y sudaron Zarra, Iribar o, el recién retirado, Aduriz. Todos jugadores de raza, de los que imprimen carácter a un equipo, más a su athletic.
De suerte, que en la otra orilla no lo pondrán fácil Oyarzabal, Merino y el canario más internacional, David Silva. Dispuestos a emular a históricos como Bakero, Beguiristain o Ufarte, últimos en levantar una copa anhelada igualmente por el míster Alexis Noda, txuri urdin de siempre y que hasta un “tenderete virtual” organizará de ganar su Real.
Pues esta final también se jugará en Lanzarote, donde más de una ikurriña asomará a medida que se acerque - con permiso de la pandemia - el día del partido.
Serán las ganas, que ya escucho por la isla “gora erreala, aúpa athletic”, y a Patxi en Costa Teguise diciendo que gane el mejor (“irabaz dezala onena”). Que así sea.