David Rodal ‘Vilayta’ y cómo hacer del surf un deporte de equipo
El chicharrero se ha afincado en Lanzarote donde busca las olas más grandes
En el último programa pudimos disfrutar de la entrevista de David Rodal un amante del mar en todos sus aspectos ya sea como surfero, pescador o buceador, la vida de este tinerfeño afincado en Lanzarote siempre ha estado vinculada a la costa y a esa búsqueda de su especialidad: las olas grandes.
Conocido comúnmente como Vilayta, nos cuenta cómo fueron sus inicios iniciándose en el surf casi como si estuviera destinado para ello. Surfero desde los orígenes, de aquellos que comenzaron con tablas de madera y siguieron con una tradición de cuna, adquirida desde niño con familiares que ya cabalgaban en el mar por lo que, como él mismo indica, “no podía ser de otra forma y tenía que acabar surfeando”.
Vilayta dio el salto a las olas gigantes junto con otros amigos, entre los que se encuentra otra de las figuras importantes del surf canario, Alex Zirke ‘El Guirre’, con quien admiraba a legendarios como Mandingo o Francis Arnay, quienes les llevaban incluso a alguna escapada. Poco a poco fueron en aumento las dimensiones de las olas hasta llegar a un punto que “ya sobrepasan los límites que creíamos en ese momento eran inalcanzables, y una cosa llevó a la otra, nos fuimos preparando, conseguimos motos de agua, conseguimos tablas y la cosa fue creciendo hasta ahora”, afirma Vilayta quien se ha convertido en uno de los riders del SUP surf de olas grandes más importantes del panorama nacional, recorriendo gran parte del mundo buscando esas marejadas que encuentra gracias a esa gran comunidad surfera que es también la culpable de que ahora se encuentre en Lanzarote.
Deporte de riesgo que lleva mucha dedicación en el que la responsabilidad para evitar peligros graves hace que se lleve a cabo mucho trabajo previo. “Hay alguna ola que hemos estado años mirándola”, declara Vilayta describiendo esa labor metódica de análisis que les lleva a investigar con gente oriunda de la zona, marineros, pescadores, estudiar las cartas náuticas del lugar, etc. En definitiva, recabar todo tipo de información, para conocer los vientos, la fuerza, hasta entrar en el mar y repetir con la ola en diferentes dimensiones para que al final la satisfacción no se encuentre solo en esos momentos en lo alto de la ola, sino que cobra más sentido con todo ese recorrido y trabajo lleva detrás hasta coronar el mar en las condiciones exactas.
“La historia, la batallita de cómo conseguiste coger esa ola es lo más me gusta”, asegura el tinerfeño, admitiendo que para su disfrute no hace falta que sea él quien surfee y dándose por satisfecho con que lo consiga alguno de sus compañeros porque esta modalidad consigue que el surf pase a ser un trabajo de equipo. “Hay gente que viene con nosotros, no solo los surferos, sino también los que van con la moto, los que llevan las zodiac, los fotógrafos que también han estado trabajando para ver las condiciones de la ola hasta que se pone el broche de oro surfeándola”, aclara Vilayta.
El surfero chicharrero ha conseguido así dar más visibilidad si cabe al SUP o paddle surf, para quien ha sido toda una motivación el “poder formar parte de la evolución de un deporte nuevo”, teniendo actualmente un gran desarrollo que ha roto con las limitaciones de esta modalidad pudiéndose practicar ahora en prácticamente cualquier marea. En cuanto al paddle como herramienta de trabajo, nos explica Vilayta que en un principio puede funcionar como una ventaja ya que cuentas con más equilibrio al permitirse poder apoyarte más en la ola, “el problema es cuando tienes que estar de pie remando en una tabla más ancha y gruesa de lo normal, al final cuando ‘canteas’ para entrar en la ola pasa a ser un hándicap porque te dificulta la entrada”.
Esa modalidad en olas grandes deja imágenes espectaculares. Algunas de ellas se concentran en un documental que ha dirigido su amigo y también surfero German Pinelo. Unos dos años de grabaciones que tuvieron como resultado “Who is Vilayta?”, con algún que otro premio internacional, del que su protagonista destaca que no se centra únicamente en el surf y que su calidad proviene a que se trabajó con la misma naturalidad con la que surgió la idea de grabarlo. Se nos cuenta la vida del rider mostrando lo que hay detrás de cada escapada en la búsqueda de esos fenómenos acuáticos gigantes, dando relevancia a los amigos y la familia.
En el trabajo de Pinelo aparece también esa parte más cruda en la que no siempre salen las cosas como se esperan, llegan las lesiones o hay algún susto. Vilayta nos admite además que estos últimos años han sido especialmente duros físicamente con lesiones consecutivas, “cuando buscas situaciones límites te arriesgas a que pase”, admite. Precisamente aprovecha esa otra cara del surf en olas grandes para recalcar todo el trabajo que hay atrás, con entrenamientos físicos, e incluso ensayos de rescate, manejo de la moto de agua, etc.
Vilayta cuenta actualmente con ayuda de algunas marcas como GONG Galaxy o Ocean & Earth Canarias, que le ayudan y aportan material, “no vives de esto pero lleva mucha preparación y entrenamiento; es casi profesional, yo estoy muy agradecido”, afirma al mismo tiempo que admite que le sorprende que haya gente de muy alto nivel en Lanzarote como Manuel Lezcano y que éstos no puedan dedicarse a ello profesionalmente, “no serán surferos profesionalmente remunerados, pero son profesionales en actitud por esa dedicación exclusiva que hacen”, zanja el tinerfeño que depara muchas más sorpresas ya que se declara fanático de la naturaleza, la ornitología, la Historia de Canarias, el buceo y la pesca, por lo que habrá que estar atentos y seguir la trayectoria de este rider chicharrero afincado en la isla.