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Iván Raña no abandona la competición ni Lanzarote

A pesar de su retirada, el campeón del mundo de triatlón continúa con una agenda deportiva plagada de eventos

  • Gradacero.es
  • Imagen: Lanzarote Photo Sport
  • Iván Raña (Ordes, A Coruña, 1979) es uno de esos deportistas de élite que no necesita presentación, menos aún si preguntas por Lanzarote, isla de la que es asiduo al menos desde 2012, aunque el que fuera el primer campeón del mundo español en triatlón (2002) ya se veía rodar por las carreteras de la isla desde mucho antes (en 1997 hizo su primera visita a la isla).

    Precisamente ha regresado a Lanzarote para seguir haciendo lo que más le gusta, entrenar y prepararse tanto física como mentalmente. A pesar de haber anunciado el pasado mes de septiembre su retiro como profesional, Raña vuelve a hospedarse en el Sands Beach Resort de Costa Teguise, sin olvidarse de nuestra isla a la que considera, como ha dicho a los micrófonos de Grada Cero, como “el lugar idóneo para relajarse y entrenar al mismo tiempo”.

    Después de tantos años, el gallego es un habitual ya en la isla y en las instalaciones del Sands Beach, afianzando incluso una estrecha relación con su director general, Juan Carlos Albuixech, “vuelvo porque a nosotros nos ha tratado siempre muy bien, con muchísimos detalles como la adaptación en los menús de comida, con los horarios para nadar en la piscina, siempre dándonos facilidades. Empecé a venir en 2012, antes del Ironman 70.3 de La Santa que gané y a partir de ahí siempre he repetido”, destaca Raña, quien agradece también el trato que ha recibido de la sociedad lanzaroteña.

    Todo un honor para los conejeros que el considerado como pionero del triatlón en España haya elegido Lanzarote durante gran parte de su carrera para preparar las competiciones internacionales más importantes del planeta. Y es que el interminable palmarés de Raña lo encabeza haber conseguido poner nombre y apellidos a un deporte hasta entonces casi desconocido en el país. Su oro en el Campeonato Mundial de Triatlón de 2002 en Cancún supondría un antes y un después para una modalidad que desde entonces nos ha dado tantas alegrías.

    Pero su legado comenzó en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, donde su quinto puesto sirvió para que muchos situaran al triatleta gallego en el mapa. Repetiría participación como olímpico en Atenas 2004 (23º) y con un nuevo diploma en Pekín 2008, dando más valor si cabe que un deportista olímpico confiara y siga confiando en Lanzarote como destino deportivo.

    “Aquí en el Sands Beach puedo nadar tres días a la semana, corro otros dos o tres días también. Busco dar prioridad a la bici porque la isla también invita ello. Intento hacer la rutina casi de un triatleta, pero sin meter las horas que hacía antes. Cada día entreno o hago algo de deporte, eso sí que es algo que he integrado en mi vida y me hace estar bien. Siempre saco un momento”, nos cuenta Raña.

    Con su retirada, Iván Raña busca vivir el deporte desde otra perspectiva. “Ahora mismo mi labor profesional se centra en participar en campus de entrenamiento”, admite quien también fuera campeón de triatlón de Europa en dos ocasiones, “el 10 de enero me voy a un Camp Training en Guadalajara (México), acabo de hacer uno en Zaragoza, después vuelvo aquí a Lanzarote para correr la 4 Stage MTB Race, que me gusta bastante, voy a salir en categoría de élite. Así que estoy relajado en tema de triatlón, pero me meto en unos embolados… Estoy tenso con lo que me viene encima. Voy a sufrir más que en el triatlón”, añade el triatleta con una sonrisa.

    A lo largo de toda la entrevista se puede apreciar que hablar con el triatleta gallego es hacerlo con franqueza y naturalidad. Admite que ahora su objetivo es sobre todo divertirse mientras compite y por ello busca en Lanzarote ese refugio donde reencontrarse con los buenos recuerdos que dicha isla le otorgó en aquellos tiempos en los que hacía más caso al cronómetro y la tabla clasificatoria tenía más peso.

    Siempre ha sido un deportista inusual, no solo en su técnica y mecánica de trabajo, sino también en su filosofía y actitud con la que afronta cualquier deporte. Ahora más que nunca compite para él mismo, buscando disfrutar en todo momento, es así como aborda su nueva etapa más ligada a la mountain bike, modalidad que ya conoce. “Competía en MTB desde pequeño, sé lo que es tener la soltura en los single track y en las bajadas; ahora estoy en una fase de adaptación con el material. La posición es diferente, no es como con la cabra [bicicleta con acoples] que es la que llevo diez años usando. Ahora llevo tres meses con la MTB y estoy empezando a habituarme. En unos meses estaré adaptado del todo” admite Raña de cuyas palabras se percibe esas ganas como si de un novel se tratara, “es que es súper entretenido porque no conoces el recorrido. La ruta de montaña está marcada pero no la conoces totalmente como en otro tipo de competición”.

    Con el mismo entusiasmo nos cuenta lo que le depara este nuevo año, “ahora mismo el calendario de 2022 que tengo asegurado es el campus de entrenamiento en México, la 4 Stage MTB Race Lanzarote de enero, en febrero la Leyenda de Tartessos MTB Race Huelva, en marzo un Training Camp en Venezuela, en abril otro en Ibiza y en mayo la Titan Desert Marruecos. Será un año un poco movido. En tema de viajes será un año parecido a lo que antes hacía en activo, pero de otra forma”, nos adelanta Iván Raña.

    A pesar del amplio listado que comprende su agenda, Raña asegura estar viviendo una época de su vida más relajada, al menos como él mismo dice “en el sentido de que no me centro ni dependo en el resultado para ganarme la vida”. Además, disfruta mucho en los campus de entrenamiento, “lo que hago allí es tratar de transmitir lo que he aprendido durante mi trayectoria, dar mi opinión sobre lo que veo y ayudar en lo que puedo”.

    Eso sí, la faceta competitiva es algo que Iván Raña no perderá en ninguna de las pruebas en las que participe, “siempre trato de ser competitivo porque no puedo ser de otra forma. Vengo de hacer la Titan Series de Almería y en algún momento pues podía ir primero tirando del grupo, luego me perdía con el track, pero yo intentaba ir primero cuando podía, aunque el ritmo que pusieran era algo superior. Compitiendo siempre con seriedad, pero si conseguía la trigésima posición no importa, no pasa nada”, puntualiza el triatleta.

    Como si de una prueba de triatlón se tratara, la nueva vida de Iván Raña únicamente ha cambiado de modalidad y contexto. Ahora sigue pedaleando, corriendo y nadando, con un escenario diferente y sin mirar tanto el crono, pero con las mismas ganas y endereza que sirvieron de inspiración no solo para una generación de triatletas, sino para todo un deporte, motivo por el cual es un orgullo que un deportista de su categoría logre encontrar en Lanzarote la localización ideal en el que desarrollarse deportivamente.

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