¿Sabes nadar en línea recta en aguas abiertas?
Te damos 10 consejos para que puedas practicar la natación en el mar sin ir haciendo zigzag
1. Familiarízate con el mar:
Prueba de ir al mar antes del gran día, para entrar en contacto con todas esas sensaciones (nuevas) que te aporta este medio, en comparación con la piscina. Debes sentirte cómodo con el neopreno, tener controlado el frío o la temperatura del agua y visualizar la distancia entre las boyas y la orilla… Así que, cuantas más veces lo pruebes, menos extraño se te hará el día del triatlón o travesía.
2. Nada en línea recta:
Nadar en línea recta te hará ganar tiempo en la natación en aguas abiertas. Para ir practicándolo antes de la competición, puedes nadar durante unas 10 brazadas, con los ojos fuera del agua; y, después, haciendo 10 brazadas cortas, acompañadas por una patata rápida en cada caso, mientras la cabeza está por encima del agua y mirando hacia adelante. Puede ir seguido de 10 brazadas más, éstas con la cabeza dentro del agua. Otro ejercicio más, y funcional, es probar de nadar con los ojos cerrados, para comprobar si somos capaces de ir avanzando en línea recta.
3. Si puedes, acostúmbrate a nadar en grupo:
Si se tiene la oportunidad, es muy recomendable, porque así nos acostumbramos a nadar rodeados de gente. Si no se tiene opción de probarlo en el mar, se puede probar de trabajar en la piscina: nadar con tres personas, una al lado de la otra y en un mismo carril, nadando a la vez.
4. Drafting en el mar:
Ir a pies de otros nadadores puede dar un punto de diversión y de relajación, en cuanto a la orientación y esfuerzo se refieren además de mejorar tu natación en aguas abiertas. Para poder notar la ventaja de ir a rebufo, se deben seguir los pies de la persona de delante; lo cual al hacer propulsión permitirá una mayor fluidez en las brazadas.
5. Llega con tiempo:
Es una de las premisas más aconsejables para el día D, sobre todo si eres principiante y quieres prepararlo todo con calma. De esta forma podrás asegurarte de que lo tienes todo en los boxes y que puedes calentar sin presión. No menos importante es conocer la carrera y los circuitos, estar atento al brieffing previo a la salida y estar preparado en el punto de inicio con el tiempo necesario.
6. Lleva el neopreno ajustado a tu cuerpo:
Será importante que el neopreno sea de la talla adecuada. El día D, tómate el tiempo necesario para colocarlo de la forma adecuada, que quede cómodo de la parte de los hombros. Acuérdate de utilizar vaselina o el lubricante habitual, especialmente para los puntos como la nuca, las axilas, o el cuello; para evitar las temidas rozaduras.
7. Entra en el agua de forma gradual:
Sobre todo, para aquellos triatletas en los que la natación en aguas abiertas (o la típica aglomeración en la salida) les supone un respecto añadido, es recomendable que entren de forma calmada a este sector, tras escuchar el pistoletazo de salida. Una vez dentro ya, respirar controlando la adrenalina y los nervios y acostumbrarse, brazada a brazada y tras los primeros metros, a las condiciones del mar y al medio acuático.
8. Encuentra tu ritmo y tu sitio:
Empieza más suave y nada a tu ritmo. No quieras seguir a quienes llevan un ritmo más acelerado, . Encuentra tu sitio en el mar y mantén la confianza y la calma contigo mismo. Por último, y no menos importante, ¡no olvides centrarte en el disfrute de nadar en aguas abiertas!
9. Comprueba tu recorrido y tu rumbo:
Es un consejo a tener en cuenta si se quiere estar seguro de la dirección hacia la que se está yendo, si vas en línea recta o, por si el contrario, necesitas aderezar el rumbo. Lo recomendable es ir comprobándolo entre cada 4 y 10 brazadas, aproximadamente. Para ello, prueba de practicarlo antes en los entrenamientos.
10. Practicar, practicar y practicar:
Como en muchos deportes y disciplinas, una premisa más que relevante es ser constante y consciente de que, cuántas más veces se practique, mayor será la confianza, la soltura en ese medio en concreto y los logros. El mundo de las aguas abiertas es más que fascinante. Nadar en el mar es también acostumbrarse a las diferentes condiciones en las que podemos encontrarnos: agua fría o templada, oleaje o un mar llano; o incluso notar cambios a lo largo del recorrido.
Cuántas más veces te animes a nadar en el aguas abiertas antes de tu primera carrera, más pronto vas a empezar a disfrutar del mar en su pura esencia. El secreto está en ser perseverante, seguir los consejos de técnica de los expertos y afrontar este nuevo reto como algo fascinante y motivador. ¡El mar es tuyo! ¡Anímate!